12 nov 2024


Los textos descriptivos son una herramienta poderosa para crear imágenes mentales en el lector. A través de ellos, detallamos lugares, personas u objetos, logrando que quien lee imagine vivamente lo que se describe. No se trata solo de enumerar características, sino de transmitir sensaciones que transporten al lector a otro lugar. Ya sea en literatura, en una conversación cotidiana o en una redacción académica, saber describir bien es clave para enriquecer nuestra comunicación. Con palabras, podemos pintar paisajes, rostros y emociones, haciendo que el lector vea lo que nosotros vemos.
Los textos descriptivos de Xabier Vázquez

7 oct 2024

Las funciones del lenguaje nos ayudan a entender el uso que hacemos del lenguaje en cada momento. Un buen ejemplo para explicarlas es una banda que me encanta, The Ramones. Veamos algunos ejemplos de cómo se reflejan en su música:

  1. Función representativa: nos sirve para describir situaciones o hechos. En "53rd & 3rd", los Ramones cuentan la historia de alguien que lucha por sobrevivir en la ciudad.

  2. Función emotiva: Expresa sentimientos. En "I Wanna Be Sedated", muestran su frustración y su deseo de escapar del caos que les rodea.

  3. Función apelativa: Llama al oyente a actuar. El famoso coro de "Hey! Ho! Let's Go!" podría interpretarse como una declaración de intenciones y de lo que persiguen con su música.

  4. Función fática: Mantiene la conexión con el receptor. Su "1-2-3-4" en los conciertos antes de las canciones no dice mucho, pero prepara al oyente para la música.

  5. Función metalingüística: Habla sobre el propio lenguaje. Aunque los Ramones no se complican, su estilo sencillo es una forma de decir: "no necesitamos muchas palabras y canciones muy largas para transmitir".

  6. Función poética: Juegan con el sonido y la forma de la música. La repetición de frases y el ritmo rápido crean su propio estilo único.

Como podéis observar, las funciones del lenguaje están por todas partes, ¡Hey ho, let's go!

Las funciones del lenguaje de Xabier Vázquez

6 oct 2024

 A la hora de escribir, hay tres elementos esenciales que hacen que un texto sea claro y comprensible: adecuación, coherencia y cohesión. Vamos a ver brevemente en qué consisten.

Adecuación: El texto en su contexto

La adecuación se refiere a la capacidad de adaptar el lenguaje y el estilo al contexto comunicativo. No es lo mismo escribir un mensaje a un amigo que una carta formal a una empresa. El tono, el vocabulario y el registro deben ajustarse a la situación y al destinatario.

Coherencia: Ideas que tienen sentido

La coherencia asegura que el texto tenga una estructura lógica y que las ideas se presenten de manera ordenada. El lector debe poder seguir el hilo del discurso sin que haya contradicciones o saltos abruptos entre las ideas.

Cohesión: Conexión entre ideas

Por último, la cohesión se encarga de que las partes del texto estén bien conectadas. Los elementos del discurso deben estar unidos por conectores que indiquen relaciones como causa-efecto, contraste o secuencia, facilitando la comprensión del mensaje.

Además, en este enlace de Aula Balzac podrás encontrar interesantes ejercicios relacionados con las propiedades textuales, haciendo hincapié en la coherencia y la cohesión.

Propiedades textuales: adecuación, coherencia y cohesión. de Xabier Vázquez

1 oct 2024


Cuando leemos una novela o un relato, no solo importa qué se cuenta, sino cómo se transmite la voz de los personajes. Para eso existen los estilos narrativos, auténticas técnicas que los escritores utilizan para dar vida a sus historias. 
  • Estilo directo: reproduce literalmente las palabras de los personajes, con guiones o comillas. Ejemplo: —No volveré a casa —dijo Marta. 
  • Estilo indirecto: el narrador transmite lo que dijo el personaje, pero no sus palabras exactas. Ejemplo: Marta dijo que no volvería a casa. 
  • Estilo directo libre: los pensamientos o palabras del personaje aparecen sin verbos introductorios ni signos. Ejemplo: ¿Qué hacía allí? Mejor marcharse cuanto antes. 
  • Estilo indirecto libre: la voz del narrador se mezcla con la del personaje, creando una fusión difícil de separar. Ejemplo: Caminaba deprisa; nadie lo entendía, todos lo juzgaban. 
  • Monólogo interior: es la expresión caótica e inmediata del pensamiento de un personaje. Ejemplo: No, no puedo más, respira, sigue andando, no mires atrás. 
 Cada uno de estos estilos provoca un efecto diferente en el lector: desde la inmediatez del diálogo hasta la intimidad del monólogo interior. Conocerlos no solo ayuda a interpretar mejor los textos, sino también a escribir con más recursos y matices.