Los textos expositivos están por todas partes: en libros, artículos, enciclopedias, e incluso en algunas noticias. Su objetivo es claro: explicar un tema de manera ordenada y comprensible para que el lector pueda entenderlo sin dificultad.
Estos textos se caracterizan por su objetividad, su uso de un lenguaje preciso y su estructura bien definida: introducción, desarrollo y conclusión. Dependiendo de a quién vayan dirigidos, pueden ser divulgativos (para el público en general) o especializados (para expertos en un área).
Ejemplos de textos expositivos son los manuales de instrucciones, los informes científicos o incluso una receta de cocina. En definitiva, son herramientas fundamentales para la comunicación y el aprendizaje.
Texto expositivo de Xabier Vázquez
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