Los autores del romanticismo dotaron a sus personajes de unas cualidades en las que destacan la importancia del individuo y su particular visión del mundo, sumado a la concepción subjetiva de la realidad. La literatura plasma el mundo interior del autor, sus pasiones y sus sentimientos. La búsqueda del ideal de felicidad de los personajes entronca con su fracaso y su rechazo social (el pirata, el mendigo...)